Muchos me preguntan si la miel es más saludable que el azúcar. No pocos tienen la idea de que “sigue siendo un carbohidrato”. Pero lo cierto es que la miel es todo lo saludable que pueda ser cualquier fruto de la Madre Naturaleza.
Cada abeja produce en su vida UNA cucharadita de miel. Y esto después de haber visitado un millón de flores en el trabajo de 40 días. Combinando el néctar extraído de las flores con su saliva, comienza una fermentación en el buche que terminará de ocurrir en el panal en donde será operculada para preservar su calidad cuando esté lista.
En esa miel que tiene fructosa (40% aprox.) y glucosa (30% aprox.), encontrás también otros tipos de azúcares (sucarosa, dextrosa, maltosa, etc.) además de: bacterias vivas, enzimas, minerales, vitaminas y aceites esenciales. Cada una de estas cosas, tiene un beneficio para nosotros.
Es por esto que la miel tiene propiedades regenerativas, antiinflamatorias, antibacterianas, antifúngicas, prebióticas, probióticas y energéticas.
La miel es un fruto maravilloso de la colmena, de la naturaleza, de la sincronización, del trabajo en equipo, de la inteligencia, de la perseverancia, de la planificación. La miel es algo maravilloso. Además la colmena tiene otras cosas tan maravillosas como el polen, los propóleos y la jalea real.
No te estoy diciendo con esto que comas cucharadas de miel directo de un balde. No, no sos el osito de la Disney. Cada uno sabe cuánto debe consumir de este alimento de acuerdo a sus objetivos.
Lamentablemente algunos comerciantes inescrupulosos la adulteran, por eso cuando compres miel, charlá con el productor.
La miel sólo tiene sus beneficios si está pura y cruda.
Cuando calentás la miel o cocinás con ella, NO se vuelte tóxica (esto parece ser una especie de mito, y no he podido comprobarlo en ningún estudio), pero SÍ pierde sus propiedades.
A nivel microbiota, la miel inhibe la expresión de citoquinas inflamatorias producidas por los lipopolisacáridos al mismo tiempo que aumenta la producción de citoquinas anti-inflamatorias.
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Su presencia de ácido gálico aumenta la población intestinal de lactobacilos, bacterias sumamente beneficiosas, sobre todo para combatir la cándida.
Estimula la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son muy importantes para mantener la salud de la pared intestinal.
Las mieles ricas en sacarosa, facilitan además del desarrollo de otros bacilos probióticos que alteran de manera benéfica la microbiota intestinal. De hecho en un estudio con esas variedades, los resultados mostraron que mejoraba el porcentaje de masa grasa, la esteatosis hepática y los trastornos del metabolismo lipídico hepático y remodelaba la microbiota intestinal y los metabolitos en ratones machos.
Además permitió regular a la baja la síntesis, exportación y reabsorción de ácidos biliares en el hígado y aumentó la reabsorción ileal en la sangre
Estos resultados sugieren que el Bacillus amyloliquefaciens puede mejorar la obesidad en ratones mediante la remodelación de la microbiana intestinal, el cambio de metabolitos y la regulación del metabolismo de los ácidos biliares.
Por su parte, otra bacteria (B. licheniformis) remodeló significativamente la composición estructural de la microbiota intestinal aumentando el grado de bacterias productoras de butirato en la red microbiana, incrementando la abundancia relativa de Ruminococcaceae y Lachnospiraceae beneficiosas, y disminuyendo la abundancia relativa de Pasteurella, que puede provocar enfermedades infecciosas
Esto permitió que la microbiota intestinal remodelada aumente los niveles de ácidos grasos de cadena corta en el colon, como el ácido isobutírico y el ácido isovalérico, y reduzca la inflamación.
Al mismo tiempo, la nueva composición de la microbiota permitió consumir más ácido propiónico y provocar cambios en los neurotransmisores del cerebro, como el aumento de GABA y 5-HidroxiTriptófano, mejorando el estado de ánimo.
En el grupo de animalitos analizados, un gen supresor de tumores, p53, que se correlacionaba negativamente con Helicobacter, estaba enriquecido. Por su parte, el estudio demostró que el trastorno de la microbiota del íleon causado por la Necrosis Entérica en pollos se normalizó mediante la suplementación dietética con B. licheniformis (el mismo bacilo presente en la miel).
Así que si es miel pura y cruda, yo te digo: adelante. ¿Cuánto consumir? yo consumo de 2 a 4 cucharaditas diarias en el último año, y eso no ha alterado para nada (al contrario, quizás sea responsable de la bajada) mis niveles de glucosa basal.
Te dejo algunos estudios por si querés profundizar en el tema.