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Resistencia a la insulina: qué es y qué la ocasiona

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Es un problema súper común: 1 de cada 3 norteamericanos lo padecen, y aunque no tengo estadísticas de Argentina, no me extrañaría que fuera similar.

Antes de explicarte de qué se trata, vamos a ponernos en contexto:

Si yo digo GLUCOSA vos pensás en una cucharada de azúcar -que en realidad tiene sacarosa, compuesta a partes iguales por glucosa y fructosa- pero… todos los “carbohidratos” tienen algún tipo de azúcar (glucosa, fructosa, maltosa, lactosa, dextrosa, etc.), por lo tanto, cada vez que comés un carbo, comés azúcares

Ahora, la glucosa es el combustible más práctico para tu cuerpo: lo ingerís, de tu sistema digestivo pasa a la sangre, y las células la oxidan convirtiendo las moléculas de glucosa en ATP, la fuente de energía. Básicamente reducen la glucosa (así como los aminoácidos y los ácidos grasos, aunque éstos con mayor esfuerzo) hasta convertirla en agua y dióxido de carbono.

Pero para este proceso, requieren de la INSULINA: una hormona liberada por tu páncreas que actúa como una llave, para la cual tus células tienen cerraduras (receptores) que entonces se abren, permitiendo la entrada de esa glucosa para el proceso antes descripto.

La RESISTENCIA A LA INSULINA es la condición por la cual, tus células no se abren ante la presencia de esta hormona. Así, la miran de reojo y no le hacen caso. Entonces la glucosa empieza a aumentar en sangre. Y tu páncreas libera un poco más de insulina, y el proceso se repite hasta que hay tanta insulina que las células se ven intimidadas y deciden abrirse.

Si tu páncreas tiene que esforzarse tanto, es probable que se canse, y en algún momento deje de producir insulina o se mantengan con una producción insuficiente: ahí es cuando este cuadro se transforma en diabetes.

¿Qué causa la resistencia a la insulina?

La “ciencia” no halla la respuesta. Pero yo creo que por aquí hay algunas pistas:

La resistencia a la insulina no presenta síntomas muy notorios, por lo tanto podrías tenerla sin saberlo. Hambre y sed constantes, cansancio,  SOP, hígado graso, sobrepeso, triglicéridos elevados pueden estar hablando de ello. Multiplicar tu glucosa basal por tu insulina, divido 405, da un índice (HOMA) que si es mayor a 2.5 puede indicar resistencia a la insulina.

Aprender acerca de alimentación y hábitos adaptados a tu naturaleza biológica, pueden marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad. Te invito a adquirir mi libro como manual de referencia o a iniciar un proceso personalizado de aprendizaje conmigo.

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