Uno de los motivos para no recomendar dosis altas de vitamina C tiene que ver con que a mayor dosis, menor absorción. Es decir, mientras una ingesta de 200 mg tiene una absorción de un 80%, esto cae a menos del 50% cuando consumís 1000 mg. La conclusión -para mí equivocada- es que no tiene sentido hacer ingestas elevadas de este micronutriente.
¿Por qué “equivocada”? Porque si bien la absorción realizada en la primera parte del intestino se reduce muchísimo, eso permite el paso de lo no absorbido a otras regiones en donde esa vitamina C puede ser aprovechada por las bacterias.
Este beneficio redunda en cambios notorios en la microbiota, que han podido demostrarse en un estudio con 14 personas sanas que consumieron 1 gramo diario de ácido ascórbico durante 14 días y cuyas muestras de materia fecal fueron analizadas, encontrando lo siguiente:
La suplementación produjo una abundancia relativa de Lachnospiraceae, una bacteria importante por dos motivos: primero su producción de ácidos grasos de cadena corta completamente benéficos para la pared intestinal y con función antiinflamatoria, y en segundo lugar, su rol defensivo frente a bacterias como clostridium difficle, causante de diarreas, colitis y otras infecciones.
También aumentó la presencia de Blautia, con acción antiinflamatoria, y disminuyó los enterococos, de la familia de los firmicutes, causantes de infecciones urinarias y de otro tipo cuando se desarrollan en exceso.
Si bien produjo una reducción de algunas bacterias beneficiosas como Bacteroidetes y Streptococcus Thermophilus, se observa que se mantienen en una proporción balanceada con respecto al resto de la microbiota y LA CONCLUSIÓN ES QUE LA SUPLEMENTACIÓN CON 1 GR DIARIO DE VITAMINA C ES BENEFICIOSA PARA TU MICROBIOTA.
Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8389205/