Te hablo mucho acerca de la importancia de la salud intestinal para la salud en general: muchísimos problemas de salud tienen su causa en un desbalance en la microbiota. Hoy quiero hablarte de otro gran motivo de enfermedades: el estrés oxidativo provocado por los radicales libres y cómo la vitamina C puede hacerle frente.
Vamos con la lista metemiedo: la aterosclerosis, el cáncer, las enfermedades inflamatorias de las articulaciones, el asma, la diabetes, la demencia senil, cataras, problemas cardíacos y pulmonares así como el envejecimiento están directamente relacionados con el daño celular provocado por los radicales libres, que pueden dañar el material genético, provocar la peroxidación de los lípidos en las membranas celulares e inactivar las enzimas unidas a las membranas.
Ahora, todo esto puede revertirse por la acción de los antioxidantes. Vas a encontrar en la naturaleza muchísimos antioxidantes como los polifenoles, la coenzima Q10, el zinc y el selenio, la vitamina A, la C, la E, pero quiero insistir en la importancia de la vitamina C como suplemento.
Linus Pauling, un apasionado del tema, investigó y publicó sus conclusiones hace muchos años, demostrando cómo dosis elevadas de vitamina C pueden hacer milagros para revertir las enfermedades. El poder antioxidante de la vitamina C combinado con su hidrosolubilidad que la vuelve prácticamente inocua en caso de excederse en las dosis, es el responsable de su capacidad curativa y regenerativa.
Ya sé que me vas a decir que la IDR es de 90mg y que con una naranja al día (entera, no sólo el jugo) cubrís esa ingesta. Pero lo cierto es que eso es lo mínimo para no morir de escorbuto, no es un número suficiente para mantener la salud en las condiciones actuales de vida.
El azúcar, la cafeína, la nicotina, el estrés, las toxinas ambientales, las frecuencias electromagnéticas, son grandes agotadores de la vitamina C y eso hace que no haya la suficiente cantidad disponible para todas las funciones biológicas y encima, mantener a raya a los radicales libres. Es por esto que yo suplemento diariamente con 1 gramo de vitamina C, y en situaciones de mucho estrés, o si aparece algún síntoma de gripe o resfrío, no dudo en tomar entre 6 y 8 gramos en un solo día, logrando una prontísima recuperación.
Sé que hay estudios que demuestran que a mayor consumo menor absorción, y que el límite parecería ser 2 gramos diarios (el resto más allá de esa ingesta sería eliminado en la orina). Pero lo cierto es que otros estudios -y sobre todo la experiencia que vos mismo podés hacer, que eso es algo que nadie podrá negarte– demuestran que una ingesta mayor es realmente efectiva, ya que aunque no se vea reflejado en un aumento plasmático, si se ve en una reducción de los radicales libres y la sintomatología asociada.
Que sería mejor obtener todos tus nutrientes de fuentes naturales, nadie lo discute. Tampoco discutimos la idea que una vida natural sería ideal: en el campo, con un ritmo circadiano perfectamente demarcado por la salida y puesta del sol, comiendo alimentos orgánicos y con niveles de estrés adecuados. Pero como prácticamente nadie vive así, entonces no recurrir a un suplemento tan efectivo y económico sería realmente una zoncera.
En mi programa de acompañamiento, te cuento acerca de éste y otros temas que tienen que ver con los procesos biológicos que ocurren en tu cuerpo, para comprender mejor la naturaleza de la realidad y que puedas aumentar tu calidad de vida.
Algunos estudios que justifican este post:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7619452/
https://www.news-medical.net/health/Oxidative-Stress-In-Disease.aspx
https://www.sciencedaily.com/releases/2017/03/170330115246.htm