¿Qué estamos comiendo? Hoy: Aceites vegetales hidrogenados

En los últimos años nos han hecho creer que “bajas calorías” es sinónimo de salud, ofreciendo mil productos repletos de tóxicos pero ojo eh! Sin calorías!

Esos engendros mutantes se llaman aceites hidrogenados. Son las margarinas, el rocío vegetal, y otros productos que comprás porque -dicen- no engordan ni aumentan el colesterol, pero con seguridad van a producir grandes desequilibrios no sólo a nivel digestivo y lipídico, si no también a nivel endócrino. (estudio)

Son junto con el azúcar, una de las principales causas de problemas intestinales. ¿Sabías que el estado de tus intestinos afecta directamente a tu salud toda? Te recomiendo leer mi artículo sobre cómo sanar los intestinos para saber más sobre el tema.

No sólo los usás en casa para comer ¿sano?, sino que también los usa la industria para elaborar productos que consumís a diario: galletitas, discos de tarta y empanada, panes de molde, snacks, bollería, pastas rellenas, etc., y productores de cosas como churros, pasteles, empanadas y facturas (¡asegurate de que sean de manteca!) y cualquier otra fritanga de la que abusás un sábado a la tarde que llueve junto con dos litros de mate. .

El principal problema de los hidrogenados es que tienen una estructura molecular tan compleja para tu hígado que no sabe qué hacer con ellos, y terminan produciendo efectos tales como: aumentar tu colesterol LDL, disminuir el HDL, bloquear la producción de sustancias antiinflamatorias naturales de tu cuerpo y neurotransmisores, impidiendo el buen funcionamiento de los sistemas nervioso y endócrino. (estudio)

Los aceites en spray, esos que algunos dietitstas te recomiendan para que comas “menos grasa”, como si eso fuera bueno, contienen dimetilsiliconas para mantenerse fluidos, propelentes como el butano o el metano para poder salir disparados (los mismos que tiene el aerosol para aflojar tuercas!), derivados de la soja y saborizantes sintéticos.

Si sólo fuera una vez cada tanto, tu cuerpo podría manejarlo de alguna manera y deshacerse de todas las toxinas,  pero como le estás dando estas sustancias todos los días, en formas insospechadas, es una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento. Si te parece que exagero, lupa en mano recorré tu heladera y alacena mirando las etiquetas y tomando nota de qué productos de tu casa contienen los siguientes ingredientes:

  • ácidos grasos (E570)
  • aceite vegetal hidrogenado
  • aceite vegetal parcialmente hidrogenado
  • aceite de palma, algodón o soja
  • mono y diglicéridos de soja
  • esteres de propilenglicol de ácidos grasos (E477)

y cualquier otra cosa que se le parezca en nombre, con consecuencias tan feas como ateroesclerosis, diabetes, hipotiroidismo,  hipercolesterolemia, enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares. Y todo esto sin comer ni un huevo frito (estudio).

¿Querés hacer una milanesa o papas al horno? ¿Querés darte una panzada de fritos? Hacelo en casa!! Usa ghee, oliva, manteca o aceite de coco. Ay, pero tienen calorías… ¿Sí? ¿y qué? Pero tienen colesterol… ajá… pero no tienen veneno!!! Las calorías y el colesterol son parte de la alimentación natural que el ser humano ha comido durante cientos de miles de años, No les tengas miedo!

El secreto con las frituras es que el aceite no largue humo (los que utilizan los negocios de comidas no largan humo porque no son aceite, son plásticos que van directo a tu cuerpo destruyéndolo en cámara lenta). Cuando larga humo, se quema, cuando se quema, se satura, cuando se pasa de saturación se convierte en grasas trans, lo mismo que esos aceites plásticos que queremos evitar.

Así que ya sabés: el plástico, para hacer envases, no para comérselo. Mirá siempre las etiquetas y preguntá a tu panadero amigo con qué hizo esas medialunas antes de comértelas.