Hace unos día mi amiga Adriana Ordóñez me invito a dar una clase en uno de sus hermosos cursos de Vivencia Ecosomática; el tema: cómo cuidar las enzimas. Por eso quiero compartirte un resumen de esa clase, con información muy interesante.
Una enzima es una molécula orgánica, hecha de proteínas, que cataliza (acelera entre 1.000 y 10.000 veces) las reacciones químicas necesarias para el metabolismo. Las enzimas reducen la cantidad de energía necesaria para una reacción química. Es decir, que si no fuera por ellas, la vida tal como la conocemos no sería posible.
Así y todo, gran parte de su funcionalidad es aún un misterio para la ciencia.
Hay al menos 20 tipos, entre ellas proteasas y lipasas, producidas por el páncreas, y amilasas producidas en la boca. Además, otras más específicas como la lactasa, la maltasa o la sucrasa producidas por el intestino.
Además de las enzimas, existen las holoeznimas, que están compuestas compuestas de una proteína (apoenzima) y un cofactor no-proteico (que puede ser orgánico: coenzimas y derivados de vitaminas B y C; o inorgánico: iones metálicos como hierro y magnesio.
¿Cómo saber si mi cuerpo está produciendo enzimas correctamente?
La sintomatología más común (y muy fácilmente confundible con otros problemas de salud) incluye: síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn, gases, inflamación, problemas en la piel, fatiga, dolores musculares y articulares, alergias e intolerancias, reflujo, diarrea, estreñimiento, ansiedad y depresión.
¿De qué manera podés mejorar tu producción enzimática?
Empecemos por el comienzo del tubo digestivo: la boca. La masticación estimula la producción de amilasa y favorece el trabajo del estómago.
Si continuamos por el estómago, niveles elevados de estrés y una alimentación demasiado alta en carbos reducen la producción de ácido gástrico y pepsina.
Y si pasamos al intestino, una microbiota sana permite producir más y mejores enzimas, ya que muchas de ellas son producidas por las bacterias, sobre todo las que procesan fibra y carbohidratos.
El páncreas (que también se verá afectador por el alto consumo de carbohidratos) produce enzimas que metabolizan grasas y proteínas.
Podemos ayudar a la digestión con alimentos ricos en enzimas:
Proteasas
- anana
- papaya
- jengibre
- kiwi
- kimchi
- chucrut
Amilasas
- mango
- miso
- kimchi
- miel
- chucrut
Lipasas
- kimchi
- paltas (aguacates)
- chucrut
Y en el peor de los casos, utilizar suplementos enzimáticos que pueden ser a base de:
- Plantas: hongos y levaduras
- Animales: cerdo o buey
- Frutas: papaya o ananá
Ahora, no alcanza sólo con producir enzimas o aportarlas en forma de alimentos o suplementos: también deberíamos ocuparnos de no ingerir INHIBIDORES ENZIMÁTICOS, presentes en:
- fármacos, agrotóxicos,
- azúcar, productos industriales,
- legumbres,
- papas y batatas,
- avena, arroz y trigo.
Ya que tienen la capacidad de inhibir la tripsina y la quimotripsina; aumentando el trabajo del páncreas y el gasto energético, y al final, impidiendo la correcta absorción de nutrientes.
¿Cómo funcionan estas enzimas?
En el estómago la pepsina separa proteínas en péptidos.
En el duodeno, la tripsina separa los péptidos en aminoácidos, mientras la quimotripsina actúa específicamente sobre el triptófano y la tirosina.
Podemos entender entonces cómo una deficiencia enzimática puede producir problemas en el estado de ánimo (ya que el triptófano es materia prima de la serotonina) y en los ciclos de sueño (porque la serotonina es precursora de la melatonina) así como también desbalances hormonales en la tiroides (la tirosina es un aminoácido esencial para la producción de T4 y T3).
¿Entonces hay que evitar esos alimentos?
Preferentemente habría que consumirlos de forma moderada, pero más allá de la cantidad, siempre deberían ser procesados adecuadamente. Es decir, las legumbres y cereales con un proceso largo de remojo y fermentación, y luego una cocción realmente prolongada que desnaturalice sus inhibidores. Las papas y batatas no en exceso (si te estás excediendo o no, lo sabrás a través de los síntomas). De los otros ítems, no hace falta que diga más nada.
El cuerpo humano es maravilloso, y conocer cómo funciona es fundamental para disfrutar de una buena salud y más calidad de vida.
Escribime si querés comprender más y mejor estos procesos.