propiedades del jengibre

JENGIBRE: Antioxidante y analgésico natural

Una de las ventajas más grandes del jengibre es su enorme poder antioxidante. En tu cuerpo se producen radicales libres que producen estrés oxidativo, y los antioxidantes endógenos no son suficientes para contrarrestar su efecto, y cuantos más puedas incorporar en tu alimentación, mejor será tu calidad de vida, reduciendo la inflamación, retrasando el envejecimiento celular y previniendo el cáncer.

También tiene otra funcionalidad super-especial: es un prokinético. ¿UN QUÉ? Eso, un alimento que estimula el movimiento del estómago hacia el intestino, aumentando el ácido en el estómago para mejorar la digestión, y acelerando el proceso para su mayor eficiencia.

Antibacterial y antiparasitario: el consumo regular de jengibre ayuda también a mantener a raya ciertos habitantes indeseados de tu intestino: no los mata, pero reproduce un ambiente hostil para ellos que tienden a escapar en el primer tren que los lleve lejos, resultando en una recuperación de la salud de la mucosa intestinal y reducción de las alergias.

¿Dolores menstruales? En un estudio se pudo comprobar que el consumo de tintura de jengibre dos días antes de la menstruación y hasta 5 días después, reducía del mismo modo que el ibuprofeno los dolores menstruales, sin sus efectos adversos (mareos, náuseas, diarrea, constipación, hipertensión, etc.)

Si el caso el la diabetes, ha demostrado una reducción en la glucosa en sangre así como una mejora en la respuesta a la insulina. Por supuesto que de nada sirve comer jengibre acompañado de una pizza con coca light, pero si estás haciendo una alimentación apropiada, ayudará mucho a la recuperación.

Para otros problemas relacionados al metabolismo, como el síndrome metabólico, también es genial: reduce la proteína C reactiva (un gran marcador de la inflamación), así como las citoquinas proinflamatorias (también mejorando casos de artritis), los niveles de triglicéridos y colesterol LDL.

¿Cómo consumirlo? Lo ideal es masticarlo crudo; si querés incorporarlo a un té sin perder sus propiedades, te recomiendo rallarlo, y apretarlo entre dos cucharas para extraer su jugo en el té, limonada o donde quieras. Otra forma súperpráctica y eficiente, es en tintura madre.

Podés comprarlo fresco en casi cualquier verdulería, y también hacerlo brotar y plantarlo.

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