El Dr. Kikunae Ikeda, intrigado por el sabor “umami” presente en el caldo kombu dashi, decidió investigar qué es lo que originaba esa sensación en el paladar, descubriendo que el responsable era el ácido glutámico, un aminoácido presente en el alga kombu.
Deseoso de imponer ese sabor por sobre otros alimentos, aisló el ácido glutámico en forma de glutamato de sodio, también conocido como glutamato monosódico o GMS (E-621), un resaltador del sabor presente en:
- snacks, chips, nachos, papas fritas, etc.;
- sopas en polvo, sazonadores, pastillas de caldo;
- Sopas congeladas, pizzas congeladas, hamburguesas congeladas;
- concentrados de carne, salsas, salsa de soja;
- condimentos, patés, cremas, quesos untables;
- encurtidos, embutidos, fiambres, salchichas, productos cárnicos;
- sushi, surimi, kanikama, moluscos, etc.
Y seguramente en algún otro producto. Además, se agrega mucho en los restaurantes de comida oriental y en las rotiserías, sobre todo en las que venden comida por kilo.
¿Por qué deberías prestar atención al GMS? Por dos razones:
La primera es que estimula mucho las ganas de comer, interrumpiendo la sensación de saciedad. Es decir que vas a embuchar mucho más de lo que tu cuerpo necesita y tu sistema digestivo tolera, porque la estimulación de la sensación del gusto será muy grande.
La segunda es que el GMS es un neurotóxico, alterando y destruyendo las neuronas, acrecentando síntomas en personas con Parkinson, Alzheimer, epilepsia, etc. También se encontró relación directa entre el consumo de GSM y síntomas de depresión. En cantidades acrecentadas, puede disparar alergias y ataques de asma con facilidad. Otros estudios revelaron que retirando completamente el GSM de la alimentación de pacientes con dolores crónicos, mostraba una mejoría en esos síntomas.
Curiosamente cuando encontré un estudio que descarta cualquier relación entre el glutamato y estos problemas, miro quién lo financia y es… el Comité Técnico Internacional del Glutamato, una organización fundada en 1971 para promover el uso del glutamato en la alimentación humana.
Náuseas, mareos, cansancio crónico, problemas inflamatorios de todo tipo, pueden estar relacionados con el consumo regular de glutamato. Lo ideal es dejar de consumir basura procesada, pero si aún lo hacés, leé las etiquetas y al menos descartá lo que tenga E621.
Así como te intoxicás con esta sustancia sin siquiera saberlo, hay un montón de otras toxinas ocultas afectando tu calidad de vida. Podemos comenzar juntos un proceso de recuperación y fortalecimiento de tu salud si tenés ganas. Leé acá mi propuesta y escribime!