Un humano adulto y sano DEBE dormir entre 7 y 9 horas dependiendo de muchos factores. Si bien hay personas que se jactan de dormir 5 o 6 horas y sentirse muy bien o no necesitar más que eso, y utilizar frases como “para dormir voy a tener tiempo cuando muera”, lo cierto es que para el humano promedio eso no es un hábito saludable. (Dudo que realmente lo sea para alguien, pero bueno, cada uno sabrá lo que hace).
Dormir es una función biológica que tiene diferentes etapas, en las que el cerebro accede a distintas frecuencias de onda que permiten realizar procesos como:
- Eliminación de radicales libres,
- Activación inmunológica
- Regulación y restauración de la actividad eléctrica corporal,
- Regulación térmica y metabólica
- Reconstitución de las reservas energéticas de células musculares y nerviosas
- Consolidación de la memoria
Y un largo etcétera.
Entonces, ¿Por qué privarte del sueño? El ser humano es el único bicho del planeta capaz de privarse voluntariamente del sueño. Y así está un alto porcentaje de la sociedad. Trasnochados, cansados, inflamados, emocionalmente e inmunodeprimidos, con problemas metabólicos, de peso y más.
Tu cuerpo además responde al ritmo circadiano. Ese que hace que duermas de noche y espabiles de día. Ahora… ¿Qué pasa cuando alterás ese ritmo? ¿Qué pasa si trabajás o estudiás en horarios nocturnos? ¿O simplemente si te quedás trasnochando mirando tele?
El sueño que obtengas, aunque cumpla la cantidad de horas, no va a ser suficientemente reparador, porque está desfasado de los ritmos naturales.
¿Te pasó alguna vez de clavar una siesta y despertar peor de lo que te acostaste? Es porque las siestas no deberían durar más de 20 minutos. Por la misma cuestión circadiana: si dormís una hora durante el día, entrando en estados de sueño profundo, tu cuerpo confunde sus funciones y luego no responde adecuadamente.
Dormir de 22 a 6 sería biológicamente ideal. Para muchos de nosotros, imposible. Pero de 23 a 7 no está mal… ahora, cuando pasás la medianoche, todo empieza a alterarse.
También es muy importante la calidad del sueño. No es lo mismo dormir profundamente entrando en un estado de relajación natural, que desmayarte en la cama porque estás pasado de comida, o de alcohol, o de pastillas. Ninguna de esas tres causas permite que tu cuerpo realice todas las funciones que te mencioné anteriormente.
Si tenés problemas para conciliar el sueño, podés probar de mejorar tus rutinas nocturnas: reducir las pantallas o utilizar gafas de bloqueo de luz azul, evitar cenas abundantes, evitar cafeína después de las 16hs, tomar un baño, escuchar música suave, o utilizar hierbas relajantes como valeriana o melisa. También podés recurrir al elixir Calma de @viajealseresencial que desarrollamos junto con Ana Clara para inducir la relajación de forma natural y sin efectos adversos.
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