Más allá de haber sido la inspiración para el creador del velcro, la Bardana es una planta increíble por sus cualidades depurativas y sanadoras.
Originaria de Asia y Europa, ha sabido adaptarse a los más diversos climas y geografías de todo el mundo, siendo común encontrarla en baldíos y al costado del camino como si fuera maleza.
¿Desintoxicación de metales pesados? Sí. La bardana tiene la capacidad de acoplarse al cadmio, mercurio, aluminio y otros metales tóxicos mediante el proceso de quelación, ayudando a purificar la sangre y de esta manera corregir sintomatologías tanto leves como agudas, gracias a sus compuestos antioxidantes, al tiempo que funciona como un gran hepatoprotector.
Promueve circulación sanguínea hacia la superficie de la piel, mejorando su calidad y textura, curando cuadros de eczema y acné.
Por ser una planta vinculada a Venus o Afrodita, no es de extrañar que tenga propiedades afrodisíacas; aunque los estudios a este respecto sólo se llevaron adelante en ratas, folklóricamente se sabe de sus propiedades estimulantes.
También se pudo comprobar su poder inhibitorio del desarrollo de tumores, y un gran efecto antiinflamatorio que podría ser de mucha ayuda en enfermedades autoinmunes.
Regulando la homeostasis de la glucosa y reduciendo el estrés oxidativo, la bardana también es una gran aliada para las personas con diabetes tipo 2, al tiempo que mejora el perfil lipídico y ayuda a una pérdida de peso más eficaz en personas con obesidad que deciden hacer cambios en sus hábitos.
Cada vez más aprendo sobre las plantas como aliadas de poder para quienes se ponen bajo su tutela y guía para realizar cambios profundos que puedan reconectarlos con su esencia.
Si te interesa profundizar sobre estos temas, escribime y charlamos. Cada día estoy más seguro de que el cuerpo humano tiene una gran capacidad auto-regenerativa si tiene las herramientas adecuadas.