El cuerpo humano fue hecho para moverse. Evolutivamente, nuestro cuerpo se fue desarrollando para trepar árboles, escalar montañas, correr, caminar largas distancias, levantar peso, incluso luchar. Las actividades que nos mantienen en posiciones fijas o antinaturales (sentados con las rodillas a 90 grados!!!!) son un flagelo que más tarde o más temprano nos pasarán factura en el cuerpo, pero también son, para la gran mayoría de nosotros, la forma de ganarnos el sustento, por lo que no podemos evitarlas: por eso se vuelve tan importante realizar actividad física.
Durante los últimos cuatro meses he estado realizando tres veces por semana actividad de fuerza combinada con un mínimo de aeróbico, encuadrado dentro de lo que se denomina entrenamiento funcional. ¿De qué se trata? Tiene por objetivo dos cosas: recuperar, mantener y fortalecer la funcionalidad de tu cuerpo (movimiento de articulaciones, contracción muscular, correcto manejo del peso del cuerpo) y recuperar, mantener y fortalecer la musculatura, para entre otras cosas, proteger el sistema óseo y mantenerse fuerte y activo durante el tiempo que te toque vivir. Los resultados en mi caso han sido muy buenos: de a poco me estoy recuperando de una vieja lesión que me impedía trabajar fuerza de piernas, gané casi dos kgs de músculo y me siento más fuerte.
Entiendo que muchas personas no estén interesados en el “desarrollo muscular” pensando que es cosa de patovicas, pero más allá de la cuestión estética, desarrollar y mantener músculos fuertes se vuelve una necesidad para que el cuerpo esté sano. Y sobre todo es importante destacar esto en las mujeres. Muchas veces vos, mujer, has empezado el gimnasio con la idea de bajar de peso o de quemar grasas, pero es importante que sepas que
esto debería ser una consecuencia añadida y no una finalidad. La finalidad principal debe ser el desarrollo del músculo, para ganar fuerza y salud, y a medida que eso sucede, la grasa se va y los kilos de más también, aunque no todos: algunos se van y otros se convierten en músculo, brindandote fuerza, energía, estructura y belleza. Hacer peso muerto con 20% o 40% del peso de tu cuerpo no es sólo para gimnastas: es algo que te va a fortalecer los músculos, elastizar tendondes, lubricar articulaciones y finalmente, estilizar tu cuerpo. No basta con media hora de caminata ligera: es importante poner a los músculos a trabajar, al menos dos veces por semana.
Como claro ejemplo te dejo el video de esta abuela de 78 haciendo peso muerto. Tiene un cuerpo de abuela, pero fuerte como un roble: ella seguro puede tirarse en el piso a jugar con sus nietos sin temor a quebrarse la cadera.
Los estudios acerca de los beneficios son incontables, por eso cito éste que reúne muchos de ellos para arribar a varias conclusiones, entre ellas, que el ejercicio regular mejora la salud y el estado de ánimo, reduce la tasa de mortabilidad, y es muy efectivo en el tratamiento de enfermedades como la obesidad, la diabetes y las cardiopatías.
Por eso, mi consejo es que busques ya mismo una actividad física que te exija a nivel muscular, dictada por un buen instructor, que te cuide y no deje que te lastimes: no tiene que ser crossfit ni funcional, no es necesario que esté de moda, lo que sí es importante es que tenga menos cardio/aeróbico y más fuerza, que después de cada clase sientas los músculos trabajados, y acto seguido, te alimentes con buena cantidad de proteína para reconstruir ese tejido muscular.