alcohol como habito

Cuando el alcohol se vuelve un hábito

La normalización del alcoholismo fue ocurriendo sin que nos diéramos cuenta. Hay dos conceptos que te recomiendo investigar: condicionamiento y primado negativo. A partir de ellos vas a ver cómo todas las series y películas que hemos visto y hecho parte de nuestra cultura en los últimos años, nos muestran personajes que beben vino, cerveza o whisky para relajarse, divertirse, socializar, cocinar, olvidar sus penas o simplemente para ¿hidratarse?

Bueno, algo parecido nos pasó durante los 60’s y hasta entrados los 90’s con el cigarrilo. Yo también fumé. Pero ¿cómo no hacerlo? Todo arquetipo masculino lo hacía, desde Don Johnson hasta Don Adams. Y estaba súper normalizado. A lo que voy con esto es a que muchos hábitos que tenemos y ni nos cuestionamos, tienen que ver más con lo que otros quieren de nosotros que con lo que nosotros mismos queremos. Lo mismo ocurre con valores y principios… sin que nos demos cuenta, nos los van colando gradualmente hasta que los aceptamos como normales.

Pero a lo que quiero apuntar hoy es a que revises tus hábitos. No creo que el alcohol deba prohibirse. Tampoco creo que deban prohibirse la marihuana, ni la cocaína, ni el LSD. Creo que se debe informar y educar a los niños y jóvenes para que tomen decisiones que les favorezcan a medida que crecen, pero la libertad y el derecho a arruinarse la vida o a hacer experiencias debería ser algo indiscutible (por eso digo NO al PASE).

Ojo, a mí me gusta el vino, y me gusta el whisky y ahora estoy fermentando hidromiel. Claro que en un consumo muy esporádico y moderado también. Creo que ahí está la clave.

El alcohol a diario (aunque sea una sola cerveza o un solo vaso de vino) daña tu microbiota, sobrecarga tu hígado, afecta a tu sistema nervioso, altera tus patrones de sueño y deteriora tu calidad de vida a largo plazo.

Cuando además hacés un uso “terapéutico” (para relajarte, para socializar, para soportar) se transforma una muleta a la que te acostumbrás, reduciendo tu capacidad para afrontar las dificultades de la vida con madurez y dejándote en un lugar de víctima que se difumina por todos los aspectos de tu vida.

Empezá a poner atención en tus hábitos y a preguntarte ¿POR QUÉ? Y ¿PARA QUÉ? Te va a sorprender lo difícil que es encontrar una respuesta coherente a alguno de ellos. Y cuando no encontrás esa respuesta y así y todo no podés dejar de hacerlo, tenés que aceptar que se generó una dependencia que te debilita, y es hora de empezar a trabajarla.

Te invito a ver mi propuesta de trabajo sobre hábitos y salud en este enlace.