Dede hace unos años el aceite de coco se ha introducido en miles de cocinas, pero aún quedan muchas personas que no han probado sus virtudes. Sus propiedades benéficas para la salud así como su alto grado de saturación han sido los principales motivos, aunque también claro, la “moda” de lo cool ha hecho lo suyo. Los influencers de la gastronomía y el fitness emplean el aceite de coco para absolutamente todo, y esto ha potenciado la difusión de su uso.
¿Pero qué es tan bueno del aceite de coco como para llevarlo a tu casa a pesar de su elevado costo en países no tropicales?
Te voy a contar en este artículo acerca de sus principales propiedades, y lo más importante, la diferencia entre el aceite de coco virgen y el neutro o refinado. Comencemos:
El aceite de coco tiene la capacidad de limpiar el colon y además, contrarrestar problemas digestivos y deficiencias nutricionales propias de las enfermedades inflamatorias del intestino. Tenés que tener en cuenta que de la salud de tu intestino depende la salud de todo tu cuerpo, y si querés saber más sobre esto, te ofrezco por eso te invito a ver dos clases gratuitas de mi curso de salud intestinal y microbiota.
El aceite de coco es rico en Triglicéridos de Cadena Media (TCM). Los TCM se caracterizan por ser ácidos grasos de composición molecular corta, que van directamente al hígado para ser utilizados como energía o ser convertidos en cuerpos cetónicos, (estudio) que son un gran combustible para el cerebro. Los cuerpos cetónicos, conocidos también como quetonas, son producidos al romper las cadenas de ácidos grasos para la obtención de energía cuando el consumo de carbohidratos es bajo. Esto beneficia la quema de calorías aumentando la tasa metabólica y siendo un gran aliado en la reducción de la grasa abdominal como quedó demostrado en éste y otros estudios.
Las poblaciones que originariamente consumen grandes cantidades de aceite de coco (en países tropicales) tienen muy bajas tasas de problemas cardiacos (estudio, otro estudio). Si bien no es sólo el aceite lo que consumen, sino también la fibra propia de la pulpa, es un dato más que interesante.
Tiene un probado efecto antimicrobiano por su alto contenido en ácido láurico.
La dieta cetogénica, de la cual el aceite de coco es un gran aliado, está comenzando a dar muy buenos resultados en personas con alzheimer y en casos de epilepsia que no responden a tratamientos con drogas convencionales.
Y como si todo esto fuera poco, está demostrado no sólo en estudios científicos, sino que podés observarlo por tus propios medios experimentando sólo un par de semanas, tiene grandes beneficios en su uso externo: piel, cabello y dientes, e incluso como lubricante íntimo 😉.
Ahora, ¿cuál es la diferencia entre el aceite de coco virgen y el refinado? A simple vista parece obvio: uno tiene sabor y aroma a coco, y el otro no. La pregunta es ¿de qué manera se logra ese efecto y cómo esto afecta a la calidad del aceite?
El aceite de coco virgen se obtiene de prensar los cocos en frío y filtrar las impurezas del resultado, para ser envasado en su estado natural. Esto hace que conserve todas sus propiedades intactas, entre ellas vitaminas, enzimas y los ácidos grasos en su mejor estado.
Pero para obtener el aceite de coco refinado, se recurre a lo que se denomina copra, que es la pulpa de coco deshidratada y con algunas impurezas. Los de mejor calidad, son secados al sol, mientras que los de menor calidad, se secan en hornos. Finalmente, para ser liberado del aroma y el sabor del coco, el aceite debe calentarse.
Este es otro punto importante en la calidad del aceite: si se calienta por vapor y a una temperatura baja y constante, el resultado obtenido es mucho mejor, pero éste es un proceso lento y más costoso. Otras marcas, utilizan hidróxido de sodio o temperaturas mayores para acelerar el proceso. En el color del aceite refinado en estado líquido podés observar también su calidad: siempre será un poco más oscuro que el del aceite virgen, pero mientras más claro sea, mejor es.
¿Entonces cuál conviene usar? Si lo vas a conumir crudo o apenas entibiado, es mejor el virgen porque aprovechás al máximo todas sus propiedades, pero si vas a calentarlo ya sea en tortas, galletas, para saltear o freír, conviene utilizar el refinado, que tiene un costo menor y si bien su punto de saturación es muy elevado en ambo casos, (arriba de 150 grados) al pasar los 50 grados el aceite virgen ya empieza a perder propiedades.
¿Y las calorías? Eso no tiene la más mínima importancia en una alimentación saludable de verdad, pero si tenés dudas, te invito a leer este artículo o ver este video sobre el tema.